miércoles, 20 de junio de 2007

control de plagas

El control de plagas con productos químicos es cada vez más complicado. La exigencia por los consumidores en la reducción de la aplicación de estos productos es cada vez más notable. Los productos agroquímicos no siempre dan buenos resultados, por lo que, se presta hoy día, mucha importancia a una agricultura más biológica.

Para iniciar una lucha biológica, se debe reducir las aplicaciones de pesticidas durante un tiempo determinado y estando el agricultor obligado a aceptar la no venta de sus productos hasta alcanzar una producción controlada biológicamente.

En el control integrado de plagas se trabaja de diferente forma. Se recomienda dejar de curar contra plagas y actuar de forma preventiva. El control biológico es el empleo de otros insectos depredadores para combatir las plagas, de forma que, así se evita o reduce el empleo de plaguicidas que dejan residuos tóxicos en los frutos y plantas y son puros venenos para la salud humana.

Los científicos han creado nuevas variedades de plantas utilizando a menudo genes de variedades silvestres con resistencia inherente a las enfermedades. Los genes silvestres se han utilizado para proteger las plantaciones cafetaleras del Brasil, y una variedad silvestre de maíz mexicano proporciona resistencia contra siete enfermedades importantes.
Tanto los plaguicidas como el control biológico pueden ser costosos; las plagas se hacen cada vez más resistentes a las sustancias químicas, y es necesario que el especialista en mejoramiento genético renueve con regularidad la resistencia genética de las plantas a las plagas.
El manejo integrado de las plagas (MIP), actualmente base de las actividades fitosanitarias de la FAO, combina una variedad de métodos de control, comprendida la conservación de los enemigos naturales de hoy, la rotación de cultivos, los cultivos mixtos y el uso de variedades resistentes a las plagas. Los plaguicidas pueden seguir utilizándose de manera selectiva pero en cantidades mucho menores.

Cinco años después de introducido el manejo integrado de las plagas en Indonesia, el rendimiento de las cosechas de arroz aumentó 13 por ciento, y el uso de plaguicidas se redujo 60 por ciento. Sólo en los primeros dos años el Estado economizó 120 millones de dólares EE.UU. que hubiera gastados subsidiando sustancias químicas. En el Sudán, el control integrado de las plagas dio buenos resultados, con una reducción mayor de 50 por ciento del uso de insecticidas. En los Estados Unidos, un estudio realizado en 1987 encontró que los productores de manzanas de Nueva York y de almendras de California que utilizaban el control integrado de las plagas habían incrementado considerablemente sus rendimientos.
Br: arellano orfelina
C.I: 16.019.234

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